Cuando los pacientes llegan a mi consulta, se encuentran con un toque muy suave, la mayoría sienten cambios y relajación en su cuerpo y piensan ¿qué me hizo, si casi no me tocó?
Algunos me preguntan si hago reiki o imposición de manos. Y aunque me encanta el reiki y creo en los sanadores naturales, todavía no practico estas habilidades.
A los osteópatas que compartimos la línea fluido energética y biodinámica, nos preguntan con frecuencia qué es lo que hacemos en la sesión de osteopatía, porque hay una idea popular de que ir a un osteópata equivale a que te hagan sonar los huesos o cosas por el estilo, y cuando se encuentran con el toque suave no entienden qué está pasando.
En osteopatía hay varios enfoques y formas de tratamiento. Por ejemplo, está el tratamiento miofascial, estructural, sensorial. Más duro o más blando, hay variedad para todos los gustos.
Ninguna es mejor ni peor, lo importante es la confianza en tu terapeuta, si vos confías, tus tejidos confían, y así, todos los caminos conducen a la salud.
El sentido del tacto y la percepción
Con el sentido del tacto y través de diferentes tipos de receptores sensoriales, todos percibimos estímulos internos y externos, sensaciones de dolor, calor y frío, cualidades como áspero, suave y dureza. También presión, tensión, densidad y movimiento.
Y es a través de los propioceptores, unos receptores que están en nuestros músculos, tendones, fascias y en el aparato vestibular (oído interno), que podemos percibir la posición que ocupa nuestro cuerpo y sus partes en el espacio, el movimiento y las cualidades de los órganos y tejidos de nuestro cuerpo.
Si ahora mismo cerrás los ojos y te percibís, vas a sentir como está la posición de tu cuerpo, la cualidad de tu tono muscular, tensiones, presiones y temperatura, el movimiento de tu respiración, los latidos de tu corazón, y así muchos más.
Con la palpación y la percepción, hacemos un tratamiento sensorial
Cuando apoyamos las manos sobre tus tejidos, los osteópatas hacemos algo así como una fusión y sincronización, con tus tejidos. Es a través de nuestros propioceptores que, fusionados con los tuyos hacen una “escucha” con el tacto, y percibimos la historia con sus tensiones y dolores, estableciendo así un diálogo.
“Permita que el sentir de los tejidos venga hacia usted a través del tacto desde la esencia misma de la profundidad y escuche y lea su historia.”
Rolling E. Becker, Osteópata D.O
Percibimos tensiones, densidades y restricciones que pueden estar bloqueando la libre circulación de los líquidos, la movilidad natural de las estructuras y la energía del cuerpo.
Una escucha suave, tranquila y serena hace que la vitalidad intrínseca de todo tu sistema comience a equilibrar y sanar todo lo que sea necesario para vos, ni más ni menos.
El osteópata William. G. Sutherland, hacía hincapié en la necesidad de un toque ligero:
“Suave, suave con dulzura… igual que cuando un pájaro se posa en una rama”.
William. G. Sutherland
¿¡No te parece hermosa esta frase!? Muchos de nosotros somos sus seguidores y le amamos.